Todo sobre la rinoplastia

La rinoplastia es el nombre que recibe la cirugía que se practica en la nariz, ya sea por razones de apariencia física, o por razones de salud. Por tanto, la rinoplastia puede consistir en un incremento o reducción del tamaño del apéndice nasal, una agudización de la forma, o una modificación con el objeto de solventar un defecto de nacimiento o como consecuencia de un accidente.

El precio de la rinoplastia masculina o femenina en Madrid, Sevilla, Barcelona o cualquier otra provicia varía mucho. Puede llegar a ser interesante coger un AVE y desplazarse y/o alojarse en esa ciudad y volver. Las complicaciones postoperatorias que se producen en una operación de rinoplastia son mínimas, y se reducen a los riesgos habituales en cualquier intervención quirúrgica, como pueden ser, infecciones o reacciones negativas a la anestesia, añadiendo, en el caso particular de la rinoplastia, la posibilidad de hemorragias nasales.

Sin embargo, es algo habitual que los cirujanos se nieguen a practicar una rinoplastia cuando el paciente no haya concluido su ciclo formativo en su totalidad, por lo que son numerosos los casos que se rechazan rinoplastias en pacientes de 14 o 15 años, debido a la posibilidad de aparición de complicaciones ulteriores.

De manera general, una operación de rinoplastia ronda las dos horas de intervención, durante las cuales el cirujano separa la piel de la nariz de la estructura ósea que la soporta, para poder modelar ésta según lo estipulado con el paciente. Una vez alcanzada forma deseada, la piel se vuelve a colocar en su lugar original.

Las incisiones practicadas en la rinoplastia se suelen hacer desde el interior de la nariz, para así conseguir una cicatrización más discreta, y una vez concluida la operación de rinoplastia, se suele colocar un soporte o férula para mantener la nueva estructura.

El postoperatorio de una intervención de rinoplastia se caracteriza por una ligera inflamación facial, acompañada de un dolor nasal y migrañas intensas. Estos síntomas se agudizan en las primeras 24 horas posteriores a la operación, para luego ir mitigándose con el paso del tiempo. Además, es algo habitual en los pacientes de una rinoplastia, el sentir la nariz taponada durante algunos días, lo que se agrava con el hecho de que los médicos suelen aconsejar no sonarse la nariz para facilitar así la cicatrización.

No obstante, en la mayoría de las ocasiones, los pacientes que se someten a una operación de rinoplastia pueden realizar sus quehaceres diarios en dos o tres días, aunque es más que probable que el cirujano aconseje moderar actividades que exijan una actividad extrema, como pudiera ser el correr, el nadar, o, incluso, el mantener relaciones sexuales.

Un último aspecto que hay que analizar es la reacción que los pacientes suelen tener al comprobar su nuevo aspecto tras una operación de rinoplastia. En ocasiones, y debido a las inflamaciones inmediatamente posteriores a la operación, los pacientes pueden llegar a caer en depresiones al comprobar que su aspecto se ha deteriorado. Por ello, los cirujanos cada vez más trabajan en el aspecto psicológico para enfrentarse al postoperatorio de una rinoplastia.

Por tanto, entonces, una rinoplastia es una operación sencilla para modificar en algún grado, y por alguna razón, la nariz del paciente. En principio no debería tener ninguna complicación, aunque, es aconsejable ser prudente y seguir las indicaciones del cirujano que va realizar la rinoplastia.

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