Pilates, cambia tu postura

El legado de Joseph Pilates consiste en un método único concebido para personas de todo tipo, que incluye más de 500 ejercicios y una gama de aparatos originales para practicarlos correctamente. El método Pilates proporciona fuerza, elasticidad, control del cuerpo a través del movimiento.


"Una persona de treinta años en baja forma es vieja. Una persona de sesenta años en forma es joven". Son palabras de Joseph H. Pilates, un apasionado del acondicionamiento físico que a principios del siglo XX creó un método deportivo que todavía hoy sirve a miles de personas en todo el mundo para mantenerse en forma a la vez que relajan su mente y aprenden a coordinar su cuerpo. Algo que hay que trabajar para lograr una buena calidad de vida.

Joseph H. Pilates nació en Alemania en 1880, fue un niño débil y enfermizo, atormentado por el asma. Motivado por el deseo de superar sus limitaciones físicas y alcanzar un estado de salud integral, Pilates se abocó al estudio del cuerpo humano de las técnicas de rehabilitación física existentes en aquella época. Desilusionado con la ineficacia de las mismas, estudió disciplinas orientales y occidentales.

Durante la Primera Guerra Mundial Pilates fue prisionero de guerra; durante este periodo, se dedicó a entrenar a sus compañeros de campo y a trabajar con enfermos de guerra, utilizando muelles que sujetaba a sus camas para ejercitar los músculos, de modo que pudieran recuperar el tono muscular antes de volver a ponerse de pie. Cuando finalizó la guerra emigró a Estados Unidos, una vez instalado en Nueva York, empezó a dar clases de su método a un público reducido, compuesto principalmente por grandes atletas y prestigiosos bailarines, como Belanchine y Martha Graham.

Ejecutando diferentes ejercicios con un número bajo de repeticiones, los músculos se fortalecen, se estiran y tonifican sin crear volumen muscular excesivo que lastra el cuerpo y limita la libertad de movimientos. El método Pilates da importancia a la calidad del ejercicio realizado no a la cantidad, por lo que el control por parte de los profesores es vital, pues de hacer mal los ejercicios no sólo dejan de ser efectivos sino que pueden llegar a ser perjudiciales. Los efectos se observan a partir de la constancia pues lo más recomendable es hacer dos sesiones a la semana. Como Pilates solía decir a sus nuevos alumnos: "se sentirá mejor en 10 sesiones, se verá mejor en 20 sesiones y tendrá un cuerpo nuevo en 30 sesiones".

Calidad contra cantidad
Todos los ejercicios obedecen a seis principios fundamentales:

Concentración: es fundamental en todos los ejercicios, para coordinar el cuerpo y la mente con eficacia.

Control: el movimiento descontrolado puede ocasionar lesiones, por el contrario, el movimiento controlado de forma adecuada mejora la coordinación y la agilidad del cuerpo.

Centro: el término original en inglés, "powerhouse", define el centro de la energía corporal, compuesto por los músculos abdominales, la columna lumbar y los glúteos. El fortalecimiento de este centro, origen de todo movimiento ayuda a sujetar la columna y los órganos internos, a la vez que estira el cuerpo y mejora la postura.
Precisión: los ejercicios que componen el método tienen premisas de movimiento concretas, si no se ejecutan con precisión pierden toda su eficacia.



Fluidez: cada ejercicio tiene un ritmo propio y debe practicarse combatiendo siempre la rigidez.

Respiración: los movimientos se coordinan con una respiración específica para cada caso, mejorando la oxigenación de la sangre, aumentando el volumen pulmonar y eliminando toxinas del cuerpo.

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