Liposucción: los riesgos de unas piernas bonitas

Un estudio de la Asociación Estadounidense de Cirugía Plástica y Reparadora (ASAPS) ha advertido recientemente del elevado riesgo de mortalidad que sufren todos aquellos que deciden efectuarse una liposucción en condiciones que a menudo resultan inadecuadas. Según este estudio, esta intervención tiene una tasa de mortalidad entre veinte y sesenta veces más elevada que una operación que se realiza en consultorios médicos y añade que por cada diez mil liposucciones practicadas en Estados Unidos se producen cinco muertes.

La liposucción es una técnica plástica relativamente sencilla que permite eliminar los depósitos de tejido graso que se acumulan en determinadas áreas del cuerpo. La sencillez de la intervención ha permitido que la lleven a cabo médicos no especialistas que pueden incluso intervenir fuera de hospitales y quirófanos bajo condiciones precarias.

La popularidad que ha alcanzado la liposucción para obtener el anhelado cuerpo perfecto está llevando a muchos ciudadanos a ponerse en manos de médicos que no reúnen ni la formación ni las condiciones necesarias para llevar a cabo este tipo de intervención. La liposucción es una de las operaciones más comunes en Estados Unidos, donde más de la mitad de la población sufre problemas de sobrepeso. Sin embargo, esta operación no supone estrictamente la reducción de peso del paciente intervenido, sino que simplemente se trata de un método para eliminar la grasa acumulada en la cara, el cuello, el abdomen, las nalgas o los muslos.

No obstante, la liposucción puede considerarse una intervención segura si se realiza bajo condiciones óptimas, pero que puede complicarse cuando ésta supera los 3.000 cc con anestesia local, cuando se efectúa en un despacho o habitación de hotel o bien cuando se combina con otro tipo de operación porque de esta manera se suman los riesgos potenciales.

La cantidad de anestesia utilizada en este tipo de operaciones ha levantado polémica recientemente. Un informe publicado en la revista New Journal of Medicine, determina que la liposucción puede ser nefasta en caso de aplicarse elevadas dosis de lidocaína. Esta droga puede convertirse en mortal, según el estudio, cuando se aplica en altas dosis en pacientes en los que se extraen grandes cantidades de grasa. Sin embargo, la Unión de Médicos y Cirujanos Estéticos españoles ha desmentido la peligrosidad de la lidocaína, que a su juicio únicamente puede resultar mortal cuando se aplican más de cuatro nanogramos por milímetro, cantidad que según la asociación nunca se usa en estas operaciones.

Liposucción ultrasónica
Por otro lado, hoy en día se practica lo que conocemos como liposucción ultrasónica, que actúa diluyendo la grasa, facilitando así su aspiración. Este método permite aspirar, mediante una cánula que emite ultrasonidos, una mayor cantidad de grasa en un solo tiempo operatorio, por lo que la cantidad de sangre que pierde el paciente es entre un treinta y un cincuenta por ciento menor que en el caso de la liposucción tradicional. La liposucción ultrasónica daña exclusivamente el tejido graso y respeta al resto de estructuras cercanas, de manera que la recuperación tisular es mucho más rápida. Esta intervención es válida también para personas de edad avanzada que no pueden someterse a la liposucción tradicional.

La liposucción se introdujo a principios de los años 80 y desde entonces ha experimentado destacables progresos, como el uso de anestesia local diluida, en lugar de la hasta entonces utilizada anestesia general. Se trata de la denominada Técnica Tumescente de Klein, basada en hinchar la grasa subcutánea para facilitar su aspiración. Los hombres suelen solicitar la liposucción de abdomen, la blefaroplastia y la rinoplastia, si bien las preferencias de las mujeres se centran en la eliminación de grasa de los muslos y nalgas.

Acudir a un buen especialista
Para evitar exponerse a riesgos durante la intervención es necesario acudir a un buen especialista en cirugía estética, que llevará a cabo un detallado estudio del paciente -médico, anatómico y psicológico- antes de efectuar la operación y estudiará las áreas con depósito de grasa que se tratarán posteriormente. El especialista no debe olvidar informar al paciente de los riesgos de la liposucción, del tipo de anestesia que precisará, así como resolver sus dudas ante la posibilidad de que los resultados obtenidos no sean los esperados.

La liposucción era en sus inicios un método reservado a las clases altas de la sociedad pero el aumento de la competencia y la disminución de su coste, además del incremento adquisitivo de los ciudadanos en los últimos años, ha popularizado este tipo de intervención, y se acude a los centros de estética a corregirse un defecto como si se tratara de la compra de un producto más.

En España, la cirugía estética ha alcanzado progresivamente un nivel elevado y supera en la actualidad a países como Estados Unidos o Brasil. Sus profesionales se preparan continuamente, asisten a cursos sobre el tema y a congresos para actualizar con frecuencia sus conocimientos y aprender las técnicas más recientes. Sin embargo, en España la permisividad de la legislación ha provocado que se estén llevando a cabo este tipo de intervenciones sin las condiciones necesarias. En otros países de la Unión Europea la legislación es mucho más restrictiva en este sentido con la finalidad de evitar el intrusismo y los riesgos que ello conlleva.

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