Esferodinamia: encuentro con uno mismo

Entrevista a Silvia Mamana, docente e investigadora corporal, creadora del método Integración Somática, y Anabella Lozano, profesora nacional de expresión corporal, investigadora y trabajadora corporal.


¿Cuándo empezó el uso de pelotas como elementos de trabajo corporal?
El uso de pelotas como método de trabajo corporal se remonta a principios de siglo. Fueron utilizadas en Suiza, en círculos terapéuticos para el tratamiento de desórdenes ortopédicos y neurológicos, y posteriormente en Estados Unidos para el estudio de los reflejos, reacciones de enderezamiento y respuestas de equilibrio que componen nuestros patrones neurológicos básicos de movimiento. Actualmente, su uso está muy difundido para el aumento de la movilidad articular, la fuerza, la resistencia, para trabajar la capacidad cardiovascular, la coordinación, y el equilibrio, en ámbitos tanto terapéuticos como deportivos. También les cabe un papel importante en el entrenamiento corporal de bailarines y actores, ya que con la pelota aumenta la percepción del espacio, la distancia, las relaciones espaciales y se hace más claro el desarrollo y control del movimiento. Los balones han sido identificados con diversos nombres pero genéricamente se los denomina "pelotas de estabilidad", ya que al ser la superficie de trabajo poco estable, se revela rápidamente la capacidad de equilibrio y control motriz de cada persona.
¿Podrían definir la técnica y por qué recibe ese nombre?

Esferodinamia es una técnica de trabajo corporal que utiliza balones de diferentes diámetros (entre 55 cm y 1,50 m) para entrenar por un lado, la habilidad del cuerpo para percibirse a sí mismo internamente y en relación al espacio, y por otra parte, mejorar la postura a partir de ejercicios de estiramiento y alineación. Esta técnica pone énfasis en el aprendizaje a través del cuerpo en movimiento, al desarrollar no sólo la destreza sino también la capacidad de juego del individuo. Nuestro primer contacto con las pelotas de estabilidad se produjo en el año 1988, en las clases que dictaba nuestra maestra, la bailarina y coreógrafa argentina Alma Falkenberg. Alma comenzó su investigación con los balones que denominó Esferodinamia, en Italia, en la década del 70. De regreso a Argentina en los años 80, los usaba en sus clases como complemento del entrenamiento en Contact Improvisación y en ejercicios de alineación y corrección postural. Años más tarde comenzamos un trabajo de investigación teórico-vivencial sobre el tema, orientado a poder transmitir nuestra experiencia en el trabajo con las pelotas, a otros profesionales del área corporal.
¿Qué tipos de ejercicios se adecuan a los balones?

Los ejercicios que se realizan sobre los balones se podrían clasificar en dos grandes grupos: estáticos y dinámicos. Los primeros pueden ser practicados por gente de todas las edades y los segundos están dirigidos a aquellos que quieran desarrollar un entrenamiento corporal integral. Quienes practican esta técnica comprueban rápidamente sus beneficios, al lograr desde las primeras clases un estado de relajación activa, un mejoramiento de su postura y un alivio de dolores y tensiones crónicas. El tamaño y material del balón a utilizar dependerán del tipo de trabajo a realizar y de las características de la persona. Las más blandas son adecuadas para disminuir el tono muscular y las más duras para aumentarlo. En una pelota chica el trabajo es más localizado y en una grande es más global y los estiramientos pueden sostenerse por mas tiempo. Asimismo una pelota dura o muy inflada tiene mayor resistencia en el piso y la superficie de apoyo es menor, se mueve más rápido y exige mas control de los reflejos. En cambio, una pelota blanda o menos inflada, posee un área de contacto mayor con el piso, se mueve con más lentitud y requiere menos energía para mantener el equilibrio.

¿Cuáles son las ventajas de trabajar con la pelota?

Las pelotas nos permiten aumentar la percepción del peso y del volumen del cuerpo. Se amplia el registro de zonas articulares y musculares especialmente tensas o comprimidas y se aprende a "soltar" peso y a expandirse no sólo hacia el espacio externo, sino también hacia los espacios internos. Una vez abiertos esos "caminos", es mucho más fácil reordenar la postura, la estructura, ajustar el tono muscular y entrenar el movimiento. El trabajo sobre las pelotas permite percibir el tono muscular y aprender a regularlo. Esto, a través de un entrenamiento orientado a registrar pequeños cambios en el estado de tensión de los músculos, en relación a la superficie del balón y la descarga del peso sobre el mismo. Con las pelotas podemos realizar ejercicios de alineación y elongación de las distintas cadenas musculares cuyo acortamiento es responsable de las "malas posturas" o desviaciones con respecto al modelo "ideal" descrito en los libros de texto.
¿Qué relación existe entre la calidad de movimiento y el tono muscular?

El tono muscular es la actividad muscular de base, el estado de "reposo" de los músculos y expresa la capacidad que éstos tienen para responder o relajarse. Cada individuo posee un tono básico que comienza a desarrollarse en el útero y es modificado por la forma en que nos relacionamos física, perceptual y emocionalmente con el entorno y con la gravedad. Esto se refleja en la calidad del movimiento. Un tono bajo indica dificultades en enfrentar la fuerza gravitatoria, un tono alto indica que estamos resistiendo en exceso la atracción de la gravedad, un tono balanceado y uniforme muestra que tenemos una relación cómoda o equilibrada con la fuerza de atracción de la tierra.
¿Por qué la pelota resulta ideal para el estiramiento?

Como su apoyo es inestable, esto obliga a realizar suaves estiramientos, prolongados en el tiempo. Los que son más eficaces para la corrección que las tracciones bruscas, ya que reducen al mínimo el riesgo de lesiones. La posibilidad de mantener la tracción suave durante el mayor tiempo posible permite ir estirando paulatinamente la musculatura acortada y que ese estiramiento se mantenga luego de finalizado el ejercicio. Para optimizar el trabajo, se combinan estiramientos con empujes, de modo de realizar contracciones en alargamiento. De esta manera, se ajustan musculación y flexibilización, logrando así músculos largos pero a la vez, fuertes. En relación al espacio, los balones nos permiten trabajar el cuerpo en todos los planos espaciales de movimiento: flexión, extensión, extensiones laterales y torsiones, tanto en ejercicios de alineación y estiramiento como de entrenamiento.
Flexión y extensión: ¿dos caras de una moneda?

La flexión y la extensión fisiológicas forman parte de patrones que comienzan a desarrollarse en el útero y que se regulan mutuamente: la flexión fisiológica (incremento del tono de los músculos flexores de la parte anterior del cuerpo) se desarrolla a partir del tercer trimestre de la vida intrauterina. En el recién nacido normal, este tono es muy alto. La extensión fisiológica (incremento del tono de los extensores de la parte posterior del cuerpo) comienza a desarrollarse en el útero, pero no se completa hasta unos seis meses después del nacimiento. Un bebé que nace con poca flexión fisiológica desarrollará luego un tono extenso muy alto, por falta de tono flexor para modularlo. Un niño que se para sin haber pasado suficiente cantidad de tiempo "gateando" también desarrollará un tono extensor alto. Así, la actividad tónica de los músculos de la espalda (espinales) supera a la de los músculos profundos de la pelvis y los flexores de la columna y piernas, lo que lleva en el adulto a problemas en la alineación de la pelvis y la zona lumbar.

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