Cirugía del rejuvenecimiento facial mediante estiramiento

La cirugía del estiramiento facial, también conocida como lifting o ritidectomía, tiene por objetivo el conseguir un contorno facial más joven, mediante la eliminación de los pliegues, de las arrugas y del exceso de flacidez.


A medida que avanza la edad, el efecto de la gravedad junto con la gesticulación, la exposición al sol y el estrés dejan huella en la cara. Todos estos signos provocan una flacidez en los tejidos de la cara dando lugar a los signos del envejecimiento facial:

Las mejillas caen y se forman profundos surcos entre éstas y el labio superior e inferior.

La zona de la mandíbula se descuelga, aparece la papada en cuellos obesos y se forman pliegues en la zona del cuello.

Además aparece un exceso de piel en el párpado superior y bolsas grasas en el inferior.

Aparecen arrugas en la frente y en el entrecejo.

Todo esto produce un aspecto de tristeza y cansancio.

La cirugía del rejuvenecimiento facial pretende reponer en su posición original los tejidos de la cara y cuello. El estiramiento no detiene el proceso de envejecimiento, aunque lo ralentiza y mejora los signos visibles de éste. Asimismo es importante destacar que esta cirugía, en cualquiera de sus técnicas, si está realizada por un buen especialista, no tiene por qué alterar lo más mínimo la fisonomía del paciente

Técnicas quirúrgicas
Para el rejuvenecimiento facial pueden utilizarse distintas técnicas quirúrgicas, que pueden combinarse entre sí, dependiendo de los problemas que quieran resolverse, que estarán relacionados con aquellas partes de la cara en las que el paciente vea más el paso de los años.

En primer lugar podemos hablar de un "minilifting", aplicable a pequeñas zonas, aunque es raro que el problema esté localizado solo en estas pequeñas zonas. Los resultados no son espectaculares, aunque sí es una intervención fácil y simple para hacer retoques pasado cierto tiempo tras un lifting completo.

En segundo lugar, hay personas que requieren una extirpación de la piel sobrante de los párpados superiores y/o de las bolsas de los párpados inferiores, técnica que se denomina blefaroplastia. La blefaroplastia del párpado superior, al implicar una extirpación del exceso de piel, produce una cicatriz, pero que al realizarse la incisión en el surco palpebral superior, ésta se hace prácticamente imperceptible. En el caso de la extirpación de las bolsas del párpado inferior, la incisión se realiza por el interior, con lo que no resulta ninguna cicatriz.

En tercer lugar, los signos de envejecimiento pueden aparecer también en la nariz, cuya punta tiende a caerse con los años, con lo que, en ciertos casos, habría que realizar una rinoplastia. En esta cirugía no queda ninguna cicatriz, porque la incisión se realiza por el interior de las fosas nasales.

En cuarto lugar, en aquellos pacientes cuyas cejas están caídas o tiene arrugas muy marcadas en la frente, habría que realizar un lifting de la parte superior de la cara o lifting frontal. La técnica que se utiliza hoy en día para esta cirugía es la endoscopia, ya que con ella se cambia una larga cicatriz coronal por tres pequeñas cicatrices dentro del pelo.

Y, por último, cuando los pliegues entre la nariz y la boca se hacen más profundos, la mejilla se aplana y los pómulos pierden relieve y se pierde el contorno normal de la mandíbula, desdibujándose su parte media, es cuando hay que realizar la cirugía del lifting de los dos tercios inferiores. Con ella se restaura el contorno de la propio de la cara y los tejidos y músculos vuelven a su posición original de hace unos años.

Todas estas técnicas pueden realizarse por separado, pero en muchas ocasiones para obtener unos resultados óptimos hay que combinar algunas de ellas, realizando lo que se denomina "lifting completo", que implica despegar la piel de la cara y, en su caso, del cuello, interviniendo directamente el sistema muscular superficial que hay debajo de la piel y que es lo que verdaderamente produce la flacidez cuando se descuelga. Y es este sistema músculo-aponeurótico lo que se tensa y se ancla en su nuevo lugar, adaptando a continuación la piel y resecando la que sobra, pero sin necesidad de mantener la tensión en ella, para evitar la distorsión o una cara extraña.



Después de la intervención
Como toda cirugía estética hay que valorar previamente las expectativas del paciente, y en esta cirugía en particular hay que hacerle ver que va a mejorar notablemente su aspecto, apareciendo más rejuvenecido, pero nunca se van a conseguir milagros.

Hoy en día esta cirugía se puede realizar bien con anestesia local más sedación o bien con anestesia general, dependiendo del paciente. La intervención dura unas 3-4 horas, dependiendo de la extensión del procedimiento, tras la que se coloca una venda alrededor de la cara que será retirada a las 48 horas.

No se trata de una cirugía dolorosa en ninguna de sus técnicas, aunque puede resultar algo molesta. A los pacientes se les recomienda no mirarse en el espejo durante la primera semana, pasada la cual se aprecian ya los resultados. El lifting completo puede incluso ser ampliado en algunos casos, si es necesario, se aconseja colocar un implante de pómulos o de mentón. Tras 10-15 días puede reemprenderse la vida laboral y social.

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